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8 de diciembre de 2015

Jubileo extraordinario: Año Santo de la Misericordia y el perdón

Los Atributos de Dios--->
<---Noviembre mes de efecto y gracia.


El Papa Francisco anunció este viernes, 13 de marzo de 2015, en la Basílica de San Pedro, la celebración de un Año Santo extraordinario. Es el Jubileo de la Misericordia, que se iniciará el presente año con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica Vaticana durante la solemnidad de la Inmaculada Concepción el 8 de Diciembre y concluirá el 20 de noviembre de 2016 con la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.
El Santo Padre, al inicio del año, exclamó: “Estamos viviendo el tiempo de la Misericordia. Éste es un tiempo muy valioso que debemos aprobechar, la Misericordia de Dios. Hay tanta necesidad hoy de misericordia, y es importante que los fieles laicos la vivan y la lleven a los diversos ambientes sociales. ¡Adelante!”.

“DIOS ES RICO EN MISERICORDIA” (Ef 2,4)

El tema de este año ha sido tomado de la carta de San Pablo a los Efesios (Ef 2,4). La apertura del Jubileo adquiere un significado especial ya que tendrá lugar en el quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, ocurrida en 1965.
Será por tanto un impulso para que la Iglesia continúe la obra iniciada con el Vaticano II. Durante el año del Jubileo las lecturas para los domingos del tiempo ordinario serán tomadas del Evangelio de Lucas, conocido como “el evangelista de la misericordia”.
Dante Aligheri lo definía “scriba mansuetudinis Christi”, “narrador de la mansedumbre de Cristo”. Son bien conocidas las parábolas de la misericordia presentes en este Evangelio: la oveja perdida, la moneda extraviada, el padre misericordioso.

El anuncio oficial y solemne del Año Santo tendrá lugar con la lectura y publicación junto a la Puerta Santa de la Bula, el Domingo de la Divina Misericordia, fiesta instituida por San Juan Pablo II que se celebra el domingo siguiente a la Pascua.

Antiguamente, para los Hebreos el jubileo era un año declarado santo, que recurría cada 50 años, y durante el cual se debía restituir la igualdad a todos los hijos de Israel, ofreciendo nuevas posibilidades a las familias que habían perdido sus propiedades e incluso la libertad personal. A los ricos, en cambio, el año jubilar les recordaba que llegaría el tiempo en el que los esclavos israelitas, llegados a ser nuevamente iguales a ellos, podrían reivindicar sus derechos. “La justicia, según la ley de Israel, consistía sobre todo en la protección de los débiles (S. Juan Pablo II, Tertio Millennio Adveniente 13).

La Iglesia Católica inició la tradición del Año Santo con el Papa Bonifacio VIII, en el año 1300. Este Pontífice previó la realización de un Jubileo cada siglo. Desde el año 1475 – para permitir a cada generación vivir al menos un Año Santo – el Jubileo ordinario comenzó a espaciarse al ritmo de cada 25 años. Un Jubileo extraordinario, en cambio, se proclama con ocasión de un acontecimiento de particular importancia.

Los Años Santos ordinarios celebrados hasta hoy de hoy han sido 26. El último fue el Jubileo del año 2000. La costumbre de proclamar Años Santos extraordinarios se remonta al siglo XVI (año 1700). Los últimos de ellos, celebrados el siglo pasado, fueron el de 1933, proclamado por Pío XI con motivo del XIX centenario de la Redención, y el de 1983, proclamado por Juan Pablo II por los 1950 años de la Redención.

La Iglesia Católica ha dado al Jubileo Hebreo un significado más espiritual. Consiste en un perdón general, una indulgencia abierta a todos, y en la posibilidad de renovar la relación con Dios y con el prójimo. De este modo, el Año Santo es siempre una oportunidad para profundizar la fe y vivir con un compromiso renovado el testimonio cristiano.

Con el Jubileo de la Misericordia, el Papa Francisco pone al centro de la atención el Dios Misericordioso que invita a todos, sin excepción a volver hacia Él. El encuentro personal con Dios inspira la virtud de la Misericordia.

Explica el Vicario de Cristo que la indulgencia también se puede ganar para los difuntos, “a ellos estamos unidos por el testimonio de fe y caridad que nos dejaron”.

El Papa invita a vivir de la Misericordia para obtener la gracia del perdón completo y total remisión de los pecados cometidos, por el poder del amor del Padre que no excluye a nadie, y en este sentido escribe “que la indulgencia jubilar plena es fruto del acontecimiento mismo que se celebra y se vive con fe, esperanza y caridad”.

Finalmente, el Papa considera también a los fieles que frecuentan las iglesias donde celebran los sacerdotes de la Fraternidad de San Pío X, “este Año jubilar de la Misericordia no excluye a nadie. Desde diversos lugares, algunos hermanos obispos me han hablado de su buena fe y práctica sacramental, unida, sin embargo, a la dificultad de vivir una condición pastoralmente difícil.
Confío que en el futuro próximo se puedan encontrar soluciones para recuperar la plena comunión con los sacerdotes y los superiores de la Fraternidad.
Al mismo tiempo –explica-, movido por la exigencia de corresponder al bien de estos fieles, por una disposición mía establezco que quienes durante el Año Santo de la Misericordia se acerquen a los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X para celebrar el Sacramento de la Reconciliación, recibirán válida y lícitamente la absolución de sus pecados.

LA PUERTA SANTA

El rito inicial del Jubileo es la apertura de la Puerta Santa. Se trata de una puerta que se abre solamente durante el Año Santo, mientas el resto de años permanece sellada. Tienen una Puerta Santa las cuatro basílicas mayores de Roma: San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María Mayor. El rito de la apertura expresa simbólicamente el concepto que, durante el tiempo que dure el año Jubilar, se ofrece a los fieles una “vía extraordinaria” para la salvación de todas las almas.

Después de la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, serán abiertas sucesivamente las puertas de las otras basílicas mayores. La Misericordia es un tema muy sentido por el Papa Francisco quien ya como obispo había escogido como lema propio “miserando atque eligendo”. Se trata de una cita tomada de las homilías de San Beda el Venerable, el cual, comentando el episodio evangélico de la vocación de San Mateo, escribe: “Vidit ergo lesus publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi Sequere me” (Vio Jesús a un publicano, y como le miró con sentimiento de amor y le eligió, le dijo: Sígueme).
Esta homilía es un homenaje a la Misericordia divina. Una traducción del lema podría ser: “Con ojos de Misericordia”.

En el primer Ángelus después de ser elegido Papa, Francisco decía que: “Al escuchar Misericordia, esta palabra cambia todo.br> Es lo mejor que podemos escuchar: cambia el mundo. Un poco de Misericordia hace al mundo menos frío y más justo.
Necesitamos comprender bien esta Misericordia de Dios, este Padre Misericordioso que tiene tanta paciencia” (Ángelus del 17 de marzo de 2013).

También en este año 2013, en el Ángelus del 11 de enero, manifestó: “Estamos viviendo el tiempo de la Misericordia. Éste es el tiempo de la Misericordia. Hay tanta necesidad hoy de Misericordia, y es importante que los fieles laicos la vivan y la lleven a los diversos ambientes sociales. ¡Adelante!”.
Y en el mensaje para la Cuaresma del 2015, el Santo Padre escribe: “Cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de Misericordia en medio del mar de la indiferencia”.
En el texto de la edición castellana de la exhortación apostólica "Evangelii Gaudium" el término "isericordia aparece repetida 29 veces.

El Papa Francisco ha confiado al Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización la organización del Jubileo de la Misericordia.

En el marco del Año Jubilar de la Misericordia, el Papa Francisco escribió una carta a Mons. Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, donde se lee como el Santo Padre destaca algunos puntos importantes para “facilitar que sea un auténtico momento de encuentro con la Misericordia de Dios para todos los creyentes”.

El Obispo de Roma habla en primer lugar de los peregrinos que en cada diócesis o en Roma vivirán esta gracia del Jubileo, y explica que deberán hacer una “breve peregrinación” hacia la Puerta Santa, abierta en cada catedral o en las iglesias establecidas por el obispo diocesano y en las cuatro basílicas papales en Roma, como signo del deseo profundo de auténtica conversión.
Así mismo recuerda que es importante que este momento esté unido al Sacramento de la Reconciliación y a la celebración de la santa Eucaristía con una reflexión sobre la Misericordia.

Francisco nombra en su carta a Mons. Fisichella a quienes por diversos motivos no podrán llegar a la Puerta Santa, como los ENFERMOS, LOS ANCIANOS, O LAS PERSONAS QUE ESTÁN SOLAS y asegura que “también a través de los diversos "medios de comunicación", radio, televisión, internet, será para ellos el modo de obtener la indulgencia jubilar”.
También dedica unas palabras a los PRESOS que están en cárceles, y les recuerda que “la Misericordia del Padre quiere estar cerca de sus hijos para quienes más necesitan de su perdón”. Así mismo explica que en las capillas de las cárceles podrán ganar la indulgencia, y se lee en la carta:
“que cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, pueda este gesto ser para ellos el paso de la "Puerta Santa", porque la Misericordia de Dios, capaz de convertir los corazones, es también capaz de convertir las rejas en experiencia de libertad”.


EL PAPA ABRIÓ LA PUERTA SANTA DE SAN PEDRO CERRADA DURANTE 15 AÑOS

El papa Francisco inauguró hoy 8 de Diciembre el Año Santo extraordinario de la Iglesia católica al abrir la Puerta Santa de la Básilica de San Pedro, que estuvo cerrada durante casi 15 años.

En la ceremonia en el portal norte de la basílica, un ritual que tiene 500 años de antigüedad, participó también el antecesor de Francisco, el Papa emérito Benedicto XVI. El Año Santo, llamado en esta ocasión "Jubileo de la Misericordia", se prolongará hasta el 20 de noviembre de 2016 y ofrece a los creyentes un perdón total de sus pecados.

"¿Es esta la puerta del Señor?", preguntó el jefe de la Iglesia católica al dirigirse al portal de bronce. "Abra para mí las puertas de la justicia", agregó. En su homilía, el pontífice ensalzó el Año Santo llamándolo un "regalo de gracia".

Durante el Año Santo, los peregrinos que deseen tanto atravesar la Puerta Santa para obtener la indulgencia como hacer el recorrido a través de la avenida que desemboca en la Plaza San Pedro deberán registrarse en el sitio oficial www.im.va, que también servirá de apoyo para informaciones en lo que el promotor del Jubileo Rino Fisichella describió como "el primero en la era de internet y las redes sociales".

A partir del próximo domingo también podrán abrir sus Puertas Santas todas las catedrales en el mundo. El papa quiere que el "Jubileo de la Misericordia" se pueda celebrar en todo el mundo. Durante su reciente visita a la República Centroafricana, Francisco ya había abierto una Puerta Santa, la de la catedral de Bangui.


¿CÓMO OBTENER INDULGENCIA PLENARIA DURANTE TODO EL AÑO DE LA MISERICORDIA?

En su carta por el Año de la Misericordia, el Papa Francisco explicó las formas en las que los fieles podrán obtener la indulgencia durante este jubileo; ya sea en Roma, ó en cualquier lugar del mundo e incluso en las cárceles. El Santo Padre también explica el modo en el que deben proceder los enfermos y ancianos para obtener ésta "importantísima" gracia.

En cualquiera de los siguientes casos que se mencionan para obtener la indulgencia se debe cumplir primeramente con las condiciones habituales: confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Santo Padre (Padrenuestro, Avemaría, Gloria y el Credo).

1.- Los fieles “están llamados a realizar una breve peregrinación hacia la Puerta Santa, abierta en cada catedral o en las iglesias establecidas por el obispo diocesano y en las cuatro basílicas papales en Roma, como signo del deseo profundo de auténtica conversión”.

2.- “Igualmente dispongo que se pueda ganar la indulgencia en los santuarios donde se abra la Puerta de la Misericordia y en las iglesias que tradicionalmente se identifican como Jubilares. Es importante que este momento esté unido, ante todo, al Sacramento de la Reconciliación y a la celebración de la Santa Eucaristía con un reflexión sobre la Misericordia”.

El Papa precisa que “será necesario acompañar estas celebraciones con la profesión de fe y deben rezar por mí, oraciones y por las intenciones que llevo en el corazón para el bien de la Iglesia y de todo el mundo”.

3.- El Papa Francisco señala también que cada vez que un fiel realice personalmente una o más las obras de misericordia corporales y espirituales “obtendrá ciertamente la indulgencia jubilar”.

“De aquí el compromiso a vivir de la misericordia para obtener la gracia del perdón completo y total por el poder del amor del Padre que no excluye a nadie. Será, por lo tanto, una indulgencia jubilar plena, fruto del acontecimiento mismo que se celebra y se vive con fe, esperanza y caridad”, resalta el Papa.

4.- Sobre los enfermos y las personas ancianas que no pueden salir de casa, el Pontífice afirma que para ellos “será de gran ayuda vivir la enfermedad y el sufrimiento como experiencia de cercanía al Señor que en el misterio de su pasión, muerte y resurrección indica la vía maestra para dar sentido al dolor y a la soledad”.

“Vivir con fe y gozosa esperanza este momento de prueba, recibiendo la comunión o participando en la Santa Misa y en la oración comunitaria, también a través de los diversos medios de comunicación, será para ellos el modo de obtener la indulgencia jubilar”.

5.- Sobre los presos, el Pontífice explica que “en las capillas de las cárceles podrán ganar la indulgencia, y cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, pueda este gesto ser para ellos el paso de la Puerta Santa, porque la misericordia de Dios, capaz de convertir los corazones, es también capaz de convertir las rejas en experiencia de libertad”.

6.- Indulgencia para los difuntos: “de igual modo que los recordamos en la celebración eucarística, también podemos, en el gran misterio de la comunión de los santos, rezar por ellos para que el rostro misericordioso del Padre los libere de todo residuo de culpa y pueda abrazarlos en la bienaventuranza que no tiene fin”.




HAY CATORCE OBRAS DE MISERICORDIA
PARA GANAR INDULGENCIA PLENARIA
EN EL AÑO DE LA MISERICORDIA.:

SIETE CORPORALES Y SIETE ESPIRITUALES



I.- Obras de misericordia corporales:

En su mayoría salen de una lista hecha por el Jesús en su descripción del Juicio Final. Son:

1) Visitar a los enfermos

2) Dar de comer al hambriento

3) Dar de beber al sediento

4) Dar posada al peregrino

5) Vestir al desnudo

6) Visitar a los presos

7) Enterrar a los difuntos


II.- Obras de misericordia espirituales:

Han sido tomadas por la Iglesia de otros textos que están a lo largo de la Biblia y de actitudes y enseñanzas del mismo Cristo: el perdón, la corrección fraterna, el consuelo, soportar el sufrimiento, etc. Son:

1) Enseñar al que no sabe

2) Dar buen consejo al que lo necesita

3) Corregir al que se equivoca

4) Perdonar al que nos ofende

5) Consolar al triste

6) Sufrir con paciencia los defectos del prójimo

7) Rezar a Dios por los vivos y por los difuntos.


CONFESARSE AL MENOS UNA VEZ AL MES DURANTE TODO EL AÑO DE LA MISERICORDIA

Desde la Santa Sede, Mons. Philip Egan alentó a los fieles a recurrir al Sacramento de la Reconciliación al menos una vez al mes, durante todo el Año Jubilar de la Misericordia convocado por el Papa Francisco.

El Año de la Misericordia comenzará el 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, y culminará el 20 de noviembre de 2016, Solemnidad de Cristo Rey.

En su carta pastoral titulada “La Misericordia de Dios”, Mons. Egan expresó su deseo de “incentivar a toda nuestra gente a responder a la Misericordia de Dios, emprender una renovación de vida, reconocer sus pecados y recibir más frecuentemente –digamos una vez al mes– el Sacramento de la Reconciliación”.

“¡No hay nada como una buena Confesión con el gozo de encontrarse uno a uno con nuestro Salvador, Jesucristo!”, aseguró.

El Prelado destacó que el propósito del Año Jubilar es “proclamar y recibir la amorosa misericordia de Dios”.

Dios, dijo Mons. Egan, “llama a los pecadores, a ti y a mí, a ser discípulos en Su Cuerpo, la Iglesia. Quiere que cambiemos. Quiere que seamos libres de la miseria del pecado y nos ayudemos a alcanzar nuestro potencial”.

“(Dios) quiere hacernos santos y llevarnos un día al cielo”, aseguró.

En el caso de su diócesis, señaló el Obispo, se establecerán dos santuarios a los cuales los fieles podrán peregrinar, para cruzar sus Puertas Santas y recibir la indulgencia plenaria ofrecida en el Jubileo. Estas serán la Catedral de Saint John y la iglesia de Saint Edmund en Inglaterra.


LISTA DE LOS AÑOS JUBILARES CON LOS RESPECTIVOS PAPAS:

año 1300: Bonifacio VIII
año 1350: Clemente VI

año 1390: proclamado por Urbano VI, presidido por Bonifacio IX

año 1400: segundo jubileo de Bonifacio IX

año 1423: Martín V

año 1450: Nicolás V

año 1475: proclamado por Pablo II, presidido por Sixto IV

año 1500: Alejandro VI

año 1525: Clemente VII

año 1550: proclamado por Pablo III, presidido por Julio III

año 1575: Gregorio XIII

año 1600: Clemente VIII

año 1625: Urbano VIII

año 1650: Inocencio X

año 1675: Clemente X

año 1700: Abierto por Inocencio XII, concluido por Clemente XI

año 1725: Benedicto XIII

año 1750: Benedicto XIV

año 1775: proclamado por Clemente XIV, presidido por Pío VI

año 1825: León XII

año 1875: Pío IX

año 1900: León XIII

año 1925: Pío XI

año 1933: Pío XI

año 1950: Pío XII

año 1975: Pablo VI

año 1983: Juan Pablo II

año 2000: Juan Pablo II

año 2015: Francisco

En los años 1800 y 1850 no hubo Jubileo a causa de las circunstancias políticas de la época.

El PERDÓN DE DIOS NO SE PUEDE NEGAR AL QUE SE HAYA ARREPENTIDO

Otro de los importantes puntos en los que el Papa incide en su carta es el hecho de como algunas personas viven el drama del aborto con una consciencia superficial, casi sin darse cuenta del gravísimo mal que comporta un acto de ese tipo, explica.
Muchos otros, en cambio, incluso viviendo ese momento como una derrota, consideran no tener otro camino por dónde ir.
Pienso, de forma especial, en todas las mujeres que han recurrido al aborto, y recuerda que “el perdón de Dios no se puede negar a todo el que se haya arrepentido, sobre todo cuando con corazón sincero se acerca al Sacramento de la Confesión para obtener la reconciliación con el Padre”.
Así asegura que por este motivo ha decidido conceder “a todos los sacerdotes para el Año jubilar, no obstante cualquier cuestión contraria, la facultad de absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y arrepentidos de corazón piden por ello perdón”.


SÍNTESIS DE LA CARTA DEL PAPA FRANCISCO SOBRE EL JUBILEO DE LA MISERICORDIA

El Papa ha determinado la concesión de la indulgencia del próximo Jubileo mediante una carta a Mon. Fisichella, Presidente del Consejo pontificio para la promoción de la nueva evangelización, en la que manifiesta el deseo de que el jubileo “sea un auténtico momento de encuentro con la Misericordia de Dios para todos los creyentes”.

En este artículo se resume únicamente el contenido de la carta en los puntos más concretos que establece el Romano Pontífice. También se proporcionan enlaces a las voces del Diccionario de Derecho Canónico más relacionadas.

Sobre el modo de ganar la indulgencia:

1) Realizar una breve peregrinación -como signo del deseo profundo de auténtica conversión- hacia la Puerta Santa, abierta en cada catedral o en las iglesias establecidas por el obispo diocesano y en las cuatro basílicas papales en Roma, en los santuarios y en las iglesias que tradicionalmente se identifican como Jubilares.

2) Unir esa peregrinación, ante todo, al Sacramento de la Reconciliación (La confesión) y a la celebración de la Santa Eucaristía(La Santa Misa), con la profesión de fe y las oraciónes por el Papa y sus intenciones.

3) Los enfermos y las personas ancianas y solas: recibir la comunión o participar en la Santa Misa y en la oración comunitaria, también a través de los diversos medios de comunicación, radio, televisión, o internet en vivo.

4) Los presos en las capillas de las cárceles; cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración a Dios, será como atravesar la puerta Santa.

5) Obras de misericordia: cada vez que un fiel realice personalmente una o más de estas obras obtiene la indulgencia jubilar.

6) La indulgencia jubilar se puede ganar también para los difuntos.

Otras disposiciones:

1) En el Año jubilar todos los sacerdotes tiene la facultad de absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y arrepentidos de corazón piden perdón.

2) Durante el Año Santo Jubilar también quienes se acerquen a los sacerdotes de la Fraternidad de San Pío X para la confesión, recibirán válida y lícitamente la absolución.

1 de noviembre de 2015

Mes de Noviembre. Mes de efecto y gracia de la Llama de Amor sobre los difuntos.

<--El cuerpo glorificado. La transformación de los cuerpos.
Año Santo de la Misericordia y el perdón--->


Isabel de Kildelmann vidente y testigo de la Llama de Amor de Inmaculado Corazón de María: Le pedí también a la Santísima Virgen la efusión de gracias de la LLAMA de AMOR de SU INMACULADO CORAZÓN para las almas en sufrimiento que están en el Purgatorio; el Señor Jesús me permitió sentir en todo mi ser lo que siente un alma que en ése mismo momento acababa de liberarse del purgatorio e iba directo al Cielo.

Sentí en mi alma un alivio indescriptible.
En ese momento, por pura gracia de Dios, mi alma se sumergió en la felicidad inconmensurable del alma que llega a la presencia de Dios.
No hay palabras humanas para describir lo que un alma siente cuando se libera del purgatorio.
Es tanta la felicidad, es tanta la alegría y tanto el amor que rodea al alma que la envuelve en un éxtasis indescriptible.
Y así en este estado de amor, felicidad y de alegría sube al Cielo, y así permanecerá para siempre, para toda la eternidad, unido a Dios y jamás se separá de Él.

Luego recé, con todo el recogimiento de mi alma por los sacerdotes moribundos.
Entre tanto un sentimiento muy angustioso y horrible inundaba todo mi interior.
Son sufrimientos que da el Señor para que la persona que sufre pueda recoger abundantes frutos y méritos espirituales con Dios.

Durante mi profundo recogimiento sentí un suspiro fino como una energía, era la Santísima Virgen, que sorprendió a mi alma y me dijo:

-Santísima Virgen; "Tu compasión por las pobres Almas del Purgatorio, hijita mía, ha conmovido tanto mi Corazón Maternal, te concedo la gracia que pediste.

Presta atención hija mía;

Si en cualquier momento del día, haciendo referencia a mi LLAMA DE AMOR DE MI INMACULADO CORAZÓN, rezaran ustedes en mi honor "Tres Aves Marías",
cada vez que lo hagan, un alma se librará de los sufrimientos terribles del Purgatorio.
Esto es válido para todos los días del año.

Pero escucha hija mía; en todo el mes de los difuntos (el mes de Noviembre), haciendo referencia a Mi LLAMA DE AMOR, al rezo de cada Ave María en mi honor,
"10 almas", sí "10 almas", se librarán del sufrimiento del Purgatorio.
Las almas sufrientes deben sentir ellas también el efecto de gracia de la LLAMA DE AMOR de mi Corazón Maternal".


NOTA DEL EDITOR:

Dios tiene derecho a expresar también en números las condiciones en que quiere dar su gracia, nos lo prueba la sagrada escritura.
El caso de Naamán, el Sirio (2 Reyes 5, 1- 1 4) donde, de forma inequívoca, la condición de su sanación de lepra está expresada en el libro de números de la biblia, aunque su realización no dependió del número de veces.

¿Porqué precisamente el sumergirse 7 veces en las aguas turbias del Jordán, fue la condición dada por el profeta Eliseo para que Naamán alcanzara la curación de la lepra que sufría.?

¿No hubiera sido suficiente 5 o acaso 3 veces?

¡O quizá hubiera sido suficiente una sola inmersión! ¡No!.

No fue el sumergirse 7 veces lo que le consiguió la curación sino la obediencia de su fe humilde con que, a pedido de sus siervos, venció su Resistencia y se sometió a lo que le mandó el profeta.

Es muy cierto que los números tienen frecuentemente otra significación en el plano sobrenatural que la que les atribuimos aquí en la tierra.
La razón es que nosotros caemos frecuentemente en el error de trasladar nuestro modo de pensar tan materialista al orden de la vida sobrenatural, cuando el Cielo tiene otro propósito muy distinto con los números.

La esencia y el sentido más profundo espiritual, no es el número ni cantidad de veces, sino el Amor y la fe que ponemos al realizar cualquier cosa. De la misma forma, debe arder en nosotros continuamente el deseo de "salvar las almas que están terriblemente sufriendo en el purgatorio.

¡Cuántos pensamientos inútiles, cuántas preocupaciones superfluas que giran alrededor de nuestro propio Yo, nos llenan durante un sólo día!

¡Cuántas idas y venidas hacemos mecánicamente en un único día!

¡Qué medio tan eficiente y valorado es la oración, si con un pensamiento de amor acudiéramos en ayuda de un alma que está sufriendo terriblemente!

Las Almas de Purgatorio nos lo van a agradecer muchísimo y en su estado de felicidad nos ayudarán en nuestro trabajo para salvar a otras almas.

De nuestra parte, ésta compasión nos sirve de mérito para el cielo y la Santísima Virgen la vierte en bien de las almas que sufren en el purgatorio.

Si la Santísima Virgen se expresa en número, lo hace únicamente para de éste modo acomodarse a nuestra débil manera de comprender las ideas, a fin de estimularnos, en fervorizarnos, y que sintamos los deseos de rezar por las Almas sufrientes.

Como si dijera: Miren, aunque la contribución de ustedes es tan insignificante, para el Cielo alcanza que un alma que esta sufriendo salga del Purgatorio y, ¡pueda ver a Dios cara a cara!

(La anotación es correspondiente al 17 de julio de 1964. De éste Diario confirma esta interpretación.- EL EDITOR.)

REZAR TRES AVES MARÍAS EN HONOR A LA LLAMA DE AMOR DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA Y SACAREMOS UN (1) ALMA DEL PURGATORIO.

Y DURANTE EL TODO EL MES DE NOVIEMBRE, POR CADA AVEMARÍA EN HONOR A LA LLAMA DE AMOR, 10 ALMAS SE LIBRARAN DEL PURGATORIO.



Es un gran consuelo saber que el sufrimiento inmenso en el Purgatorio va unido a la felicidad de saberse el alma salvada y en búsqueda de la Visión Beatífica de Dios Todopoderoso. Pero ése consuelo no debe impedir que tratemos de llegar directamente a nuestra verdadera meta que es el Cielo, en el que verán a Dios todos los que estén ya bien purificados.

“Bienaventurados los limpios de corazón...porque ellos verán a Dios” (Mt. 5, 8).

Decía el Papa Benedicto XVI, Santa Catalina de Génova no presenta el purgatorio "como un elemento del paisaje de las entrañas de la tierra: es un fuego no exterior, sino interior. Esto es el purgatorio, un fuego interior. La Santa habla del camino de purificación del alma hacia la comunión plena con Dios, partiendo de su propia experiencia de profundo dolor por los pecados cometidos, en contraste con el infinito amor de Dios (cfr Vita mirabile, 171v).

Hemos escuchado sobre el momento de la conversión, donde Catalina siente de repente la bondad de Dios, la distancia infinita de su propia vida de esta bondad y un fuego abrasador dentro de ella. Y este es el fuego que purifica, es el fuego interior del purgatorio".

"No se parte, de hecho, del más allá para narrar los tormentos del purgatorio – como era habitual en ese tiempo y quizás también hoy y después indicar el camino para la purificación o la conversión, sino que nuestra Santa parte de la experiencia propia interior de su vida en camino hacia la eternidad. El alma – dice Catalina – se presenta a Dios aún ligada a los deseos mundanos de la tierra, y a la pena que derivan del pecado, y esto le hace imposible gozar de la visión beatífica de Dios.

Catalina afirma que Dios es tan puro y santo que el alma con las manchas del pecado no puede encontrarse en presencia de la divina majestad (cfr Vita mirabile, 177r). Y también nosotros nos damos cuenta de cuán alejados estamos, cómo estamos llenos de tantas cosas, de manera que no podemos ver a Dios.
El alma es consciente del inmenso amor y de la perfecta justicia de Dios y, en consecuencia, sufre por no haber respondido de modo correcto y perfecto a ese amor, y por ello el amor mismo a Dios se convierte en llama, el amor mismo la purifica de sus escorias, de sus manchas, de sus de pecados".
(De la Catequesis del Papa Benedicto XVI, 12-enero-2011)

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TRATADO SOBRE EL PURGATORIO Y EL FUEGO INTERIOR

De los escritos de Santa Catalina de Génova.

Esta alma consagrada se encontró a sí misma, estando aún encarnada, colocada por el ardiente amor de Dios, en el Purgatorio, que la quemaba, limpiando en ella todo lo que necesitaba ser limpiado, hasta que al dejar esta vida pudiera ella presentarse a la vista de Dios, su amado Amor.

Por medio de este fuego amoroso, ella comprendió en su propia alma el estado de las almas de los fieles que van al Purgatorio al purgar su suciedad y manchas de pecado, que no pudieron expiar durante sus vidas.

Creo que ninguna felicidad puede hallarse valiosa al ser comparada con ese estado de las almas del Purgatorio, exceptuando el de los santos en el Paraíso; y es una felicidad que crece día tras día al fluir Dios dentro de esas almas, más y más, a medida que se consumen los obstáculos puestos a Su entrada.
Las manchas de pecado van siendo consumidas, y el fuego elimina la suciedad más y más hasta que las almas se abren al influjo de la Divinidad.

Esta es la forma en que las manchas del pecado cubren a las almas, y en el Purgatorio esas manchas son quemadas. Cuanto más sean consumidas, mayor es el acercamiento de las almas a Dios, su verdadero sol. La suciedad del pecado decrece y el alma se abre al rayo divino, crece así la felicidad, hasta que se cumple el plazo necesario para ello.

El dolor no disminuye hasta entonces. Y en cuanto a la voluntad, nunca pueden decir las almas que el dolor es dolor, pues están contenidas en la ordenanza divina, con la cual, en pura caridad, su voluntad está unida.

Pero, por otro lado, las ánimas soportan un dolor tan intenso, que ninguna lengua lo podría describir, ni mente comprender si Dios por medio de su gracia especial no nos lo mostrara. Eso tampoco puede verbalizarse, escribrirse ó demostrarse.

La separación de Dios es el principal castigo del Purgatorio. Pero éste es diferente del Infierno.
Aquí hay una separación temporal, en el purgatorio hay "esperanza" de salir algún día y ver a Dios eternamente. No sucede lo mismo en el infierno, allí ya no hay esperanza alguna, lo más terrible y espantoso es sentirse separado de Dios para siempre, nunca más sentir su amor, y todos los condenados saben que ésa realidad no cambiará jamás, nunca más.

Cuando un alma se acerca al estado puro y claro en que fue creada, su instinto beatífico se descubre a sí mismo y crece sin cesar, tan impetuosamente hasta el final que cualquier obstáculo le parece a esta alma algo del pasado. Y cuanto más ve, más extremo es su dolor.

Debido a que las almas en el Purgatorio no sienten culpa de pecado, no hay obstáculo entre ellas y Dios, excepto su dolor, que las lleva hacia atrás y así no pueden alcanzar la perfección. Ven claramente la gravedad de cada obstáculo en su camino, y ven también que su instinto es obstaculizado por una necesidad de justicia: de ahí nace un rugiente y devorador fuego interior, como el del infierno, pero carente de culpabilidad.

Las almas del Purgatorio sólo soportan el dolor, no ya la culpa, por haberse arrepentido de los pecados en el momento de la muerte, y de sus ofensas a la bondad divina.

Por lo tanto, su dolor es finito, y su tiempo se va acortando, como ha sido sentenciado.

El Purgatorio, allí va el alma al separarse del cuerpo, cuando ya no está limpia como ha sido creada. Viendo por sí misma este impedimento, sólo por medio del Purgatorio puede limpiarse, y ella se ubica allí voluntariamente. No hay una orden que así haga que suceda, y lo haría, aunque en ese momento hubiera para ella un Infierno peor que el Purgatorio, porque ve que a causa de tal impedimento, no puede acercarse a Dios, que es su objetivo.

Y tanto le importa ello, que en comparación el Purgatorio no cuenta en absoluto, aunque sea como el Infierno, comparado con conseguir a Dios, ello aparece como casi nada.

Mas yo, aunque veo que hay un Purgatorio tan penoso como el del Infierno, veo también que el alma con la menor mancha de pecado acepta el Purgatorio, como he dicho, como una merced y aún le parece poco comparado con el impedimento que implica.

Me parece que el dolor de las almas en el Purgatorio por haber disgustado a Dios, esto es, lo que ellas voluntariamente hicieron contra Su gran bondad, es mayor que cualquier pena que puedan sentir en el Purgatorio, y por ello que ven, por su gracia, la verdad y la gravedad de los obstáculos que les impide acercarse más a Dios.

Pero el alma, obstruida por el pecado, no puede ir más que hasta donde Dios la lleva hacia Sí Mismo. Nuevamente, el alma se da cuenta de que no puede trasponer, o avanzar hacia esa luz unitiva todo lo que quisiera, y clama por ser destrabada.

Yo digo que es la visión de estas cosas lo que logra en las almas el dolor que sienten en el Purgatorio, y es imposible describirlo, es el más grande, y ya no pueden volver a verse a sí mismas yendo contra la voluntad de Dios, cuyo amor por ellas ven tan claramente dentro de este fuego.

Hay tantas imperfecciones escondidas en el alma que, si pudiéramos verlas, viviríamos en la desesperación. Pero en el estado al que me he referido, todas esas imperfecciones son eliminadas, y sólo entonces Dios se muestra, y les enseña el funcionamiento de esto para que vean cómo el fuego del amor, por bondad divina, está quemando, eliminando todas las imperfecciones.

Es cierto que el amor por Dios llena el alma hasta rebasar y le da, así lo veo, una felicidad indescriptible, felicidad que va junto con el dolor en el Purgatorio.

Para que las almas en el Purgatorio disfruten la mayor felicidad en el Purgatorio debe haber también un gran dolor, uno no va sin el otro.

Las almas en el purgatorio ya no están en condiciones de hacer méritos.

Si las almas en el Purgatorio pudieran purgarse a sí mismas por medio de la contrición, pagarían toda su deuda en un instante de tal vehemencia que quemarían todo lo que las separa de Dios. Pero nada les será ahorrado ni abreviado, en lo que hace a ellas mismas, pues eso ha sido determinado por la justicia de Dios.

Y si alguna caridad es hecha por aquéllos que están todavía en el mundo, para disminuir su tiempo de dolor, las almas no pueden cambiar las cosas, pues está la balanza de la justicia divina; dejan todo en manos de Dios y su infinita Bondad.

Tal es la intimidad con Dios en el Purgatorio, y tan cambiadas están las almas, tornadas hacia Su Voluntad, que en todas las cosas hay sumisión a la orden divina. Aún cuando un alma fuera traída ante Dios cuando todavía algo aunque sea mínimo y le falta purgar, se le haría un gran daño; venir manchada a la presencia de Dios sería un sufrimiento mayor que diez Purgatorios.

Ver a Dios cuando el tiempo aún no ha llegado, aunque sea por un período tan corto como un pestañeo, sería intolerable para esa alma. Se echaría ella misma a miles de infiernos, para quitar esa pequeña suciedad que no ha sido eliminada, antes que permanecer así en la presencia Dios.
Por más ínfimo que sea la mancha de pecado, ante Dios el alma siente mucha verguenza y un sentido muy hondo de culpabilidad que no puede soportar la presencia de Dios y huye a purificarse.

Ellas se ven sufriendo el dolor de buena gana, y cuando consideran sus propios pecados y reconocen cómo han afligido a Dios, les parece que Dios les ha tenido una gran misericordia, porque si Su bondad no hubiera templado la justicia con la misericordia, satisfaciendo la misma con la preciosa sangre de Jesucristo, un pecado merecería mil infiernos perpetuos.

Y por consiguiente las almas sufren el dolor de buena gana, y no lo dejarían por nada, sabiendo que ellas lo merecen totalmente y que esto ha sido bien ordenado, y no se quejan de Dios, sino que aceptan su voluntad.

Esta forma de purgación que yo veo en las almas en el Purgatorio, las siento en mi propia mente. En los últimos dos años he sentido la mayoría; todos los días las veo y siento más claramente. Veo mi alma dentro de este cuerpo como en un purgatorio, formada como es el verdadero Purgatorio, pero tan medido que el cuerpo puede soportarlo y no puede morirse.

Todas estas cosas de las que he hablado son lo que yo veo, pero no puedo encontrar las palabras para decir tanto cuanto podría del tema. Ni yo puedo decir exactamente lo que he contado del trabajo hecho en mí debidamente, qué he sentido espiritualmente. Sin embargo lo he contado todo.

Finalmente y como conclusión, debemos entender que Dios es mejor y más grande causa que todo lo que el hombre ha de perder, y que el Purgatorio lo que hace es limpiarnos de todos nuestros pecados. Amén.


No perdamos más tiempo en cualquier hora del día, durante todo el mes de Noviembre, recemos y por cada Aves María en Honor a la Llama de Amor de su Inmaculado Corazón, 10 almas saldrán del purgatorio.
Y el alma favorecida saldrá radiante de felicidad hacia el Cielo.

Esta alma favorecida jamás olvidará tu ayuda y tu sacrificio en su favor y pedirá ante Dios por nuestra salvación y no descansará ni cesarán sus ruegos hasta verte a tí en el Cielo.
Es el premio que Dios brinda a las almas generosas que por sus ruegos prestan auxilio a las almas sufrientes del Purgatorio.
Nosotros somos los únicos que podemos brindarles ayuda, Dios nos ha regalado ése don, de ayudar y sacar almas del Purgatorio.
Y con nuestros sacrificios y oraciones podemos hacerlo, no lo olvidemos nunca.

7 de junio de 2015

El cuerpo glorificado. Las transformación de los cuerpos.

Noviembre mes de efecto y gracia--->
<---El Alma. ¿Qué es el Alma?


El cuerpo glorificado, la transformación de los cuerpos, la resurrección de la carne, son todos términos que se refieren al tránsito final, definitivo y eterno con la cual algún día todos los que pasaron por este mundo, serán parte de ésa manifestación divina que en la Biblia habla de un día glorioso, espectacular y lleno de gozo; en un abrir y cerrar y ojos todos seremos transformados según la Omnipotencia de Dios.

En la actualidad, como Hijos de Dios, poseemos cuerpos terrenales (1 Co.15:40), que son mortales y corruptos por el pecado (1 Co.15:42) pero que serán trasformados en el futuro (Fil.3:21). Para que el verdadero creyente pueda ser resucitado para vida eterna o si éste vive y está en Cristo, tendrá que ser previamente trasformado o glorificado para tal efecto (1 Co.15:51-52).
Es imposible que el creyente no sea glorificado cuando Cristo venga al mundo por segunda vez, ya que se requiere un cuerpo idóneo para reinar con él todo un largo milenio en una Tierra ya regenerada para entonces (Mt.19:28), y para toda una eternidad después que Cristo entregue el Reino al Dios Padre (1 Co.15:24).

Cuando San Pablo se refiere al cuerpo espiritual (1 Co.15:46), no trata de decir que será incorpóreo o etéreo en su glorificación o en su transformación perpetua. Sencillamente indica que el cuerpo tendrá características celestiales («la imagen celestial», 1 Co.15:49), como Cristo las tuvo en el momento de su resurrección (Mr.16:6; Ro.1:4; 10:9). Cristo negó ser un espíritu incorpóreo:
«Mirad mis manos y mis pies, soy yo mismo; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como véis que yo tengo» (Lc.24:39).

Cuando Cristo fue levantado del frió sepulcro, poseía un cuerpo de carne y huesos (Jn.24:39), pero la diferencia entre un cuerpo mortal y terrenal y el suyo es que había un cambio de transformación gloriosa por el poder de Dios para no sufrir corrupción jamás después de su resurrección (Hech.2:24-31). La Biblia dice que cuando Cristo se manifieste visiblemente al mundo, en su segunda venida poderosa, seremos semejantes a él; y se cumplirá en el momento del descenso del Hijo del Hombre a la Tierra (1 Ts.4:16.17; Mr.13:26-27; Lc.21:27; 1Jn.3:2; Ap.1:7).

La Biblia además da entender con claridad que el acto de la resurrección gloriosa no trasformó a Cristo en otra ser, sino que siguió siendo precisamente la misma persona u hombre, pero en una condición diferente. Cuando Cristo regrese a juzgar a los hombres de todas las naciones de la Tierra (Mt.25:30-46) y a reinarlo con poder (Sal.2:6-9; Dn.2:44; 7:13-14; Ap.2:26-27), será indudablemente como un hombre hecho y derecho (1 Tim. 2:5), pero en un estado de glorificación que lo hacen corporalmente diferente al resto de los individuos mortales que integran la humanidad.

¿EN QUÉ CONSISTE LA RESURRECIÓN?

La resurrección consiste en la re-unión del alma individual con el cuerpo que tuvo la persona cuando vivía en la tierra.

La Iglesia, al hacer una afirmación de la resurrección de los cuerpos, se apoya fundamentalmente en la resurrección de Cristo, vencedor de la muerte, como pudo comprobarlo en sus apariciones, como dirá San Pablo. Jesús mismo tuvo que defender la doctrina de la resurrección ante los saduceos (cf Mt 22,23-33).

La resurrección de los muertos tendrá lugar al final de la historia, con la venida del Señor en la parusía. Así lo ha confesado la Iglesia en toda su historia desde el símbolo Quiumque hasta el Credo del pueblo de Dios y el Catecismo de la Iglesia católica:
«En el último día», en el acontecimiento de la parusía del Señor, ocurirán éstas cosas. (CEC 1001).

Según la fe de la Iglesia, resucitaremos con los mismos cuerpos que ahora tenemos, pero transfigurados ó transformado en gloria:
«Cristo resucitó con su propio cuerpo: "Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo" (Lc 24,39); pero él no volvió a una vida terrena. Del mismo modo, en él, "todos resucitarán con su propio cuerpo, que tienen ahora" (concilio de Letrán IV: DS 801), pero este cuerpo será "transfigurado en cuerpo de gloria" (Flp 3,21), en "cuerpo espiritual" (1Cor 15,44)» (CEC 999).

Este realismo de la fe cristiana es el que hacía decir a san Ireneo: «Que nos digan los que afirman lo contrario, es decir, los que contradicen a su salvación:
¿en qué cuerpo resucitaron la hija muerta del gran sacerdote y el hijo de la viuda al que llevaban muerto cerca de la puerta de la ciudad y Lázaro que había estado ya en la tumba cuatro días?
Evidentemente, en aquellos mismos cuerpos en que habían muerto; porque si no hubiera sido en aquellos mismos, no habrían sido ya estos muertos los mismos que resucitaron».

Y esta es también la Fides Damasi: «Creemos que el último día hemos de ser resucitados por él en esa misma carne en que ahora vivimos» (DS 70) y la confesión de León IX: «Creo también en la verdadera resurrección de la misma carne que ahora llevo» (DS 684). Y la profesión de fe prescrita a los valdenses: «Creemos en la resurrección de esta carne que llevamos y no de otra» (DS 797).

Solía decir San Agustín que, en la polémica contra el cristianismo, nada era más rechazado por los paganos que la doctrina de la resurrección de los cuerpos, a lo que respondían los padres de la Iglesia:

-Dios, que creó al hombre de la nada, tiene poder para resucitarlo: él sabe cómo y de dónde resucitarlo;

-Dios puede resucitar nuestros cuerpos corrompidos, como es capaz de hacer milagros por encima de las leyes de la naturaleza;

-recurren a imágenes, como la de la semilla, expuesta por Pablo, siempre resulta esclarecedora. Esta imagen sirve para explicar la continuidad y la transformación que supone la resurrección de nuestros cuerpos.

LA GRAN TRANSFORMACIÓN

¿Qué nos enseña el undécimo artículo del Símbolo del Catecismo Católico?

El undécimo artículo del Símbolo nos enseña que al fin del mundo, antes del último juicio, el alma de cada hombre se unirá a su propio cuerpo, para no volverse a separar. Todos resucitarán: tanto los que hayan muerto antes de aquellos tiempos, como los que mueran entonces.

¿Por qué se dice la resurrección de la carne?

Porque en esta segunda unión del alma y del cuerpo, el cuerpo, y no el alma, es el que revive.

¿Cómo se prueba el dogma de la resurrección?

Pruébase:
1º Por la enseñanza de la Iglesia, que lo afirma en sus Símbolos, y que ha definido, en el cuarto concilio de Letrán, que todos los hombres resucitarán con sus propios cuerpos.

2º Por la Sagrada Escritura: “Sé que mi Redentor vive, y que yo he de resucitar del polvo de la tierra en el último día, y de nuevo he de ser revestido de esta piel mía, y en esta mi carne veré a mi Dios: a quien he de ver yo mismo en persona, y no por medio de otro, y a quien contemplarán los mismos ojos míos.
Esta es la esperanza que en mi pecho tengo depositada” (Job., XIX, 25-27) – “y la muchedumbre de los que duermen o descansan en el polvo de la tierra, despertará: unos para la vida eterna, y otros para la condenación, la cual tendrán siempre delante de sí” (Dan., XII, 3)
– “Tú, oh perversísimo príncipe, nos quitas la vida presente; pero el Rey del Universo nos resucitará algún día para la vida eterna, por haber muerto en defensa de sus Leyes” (II Mac., VII, 9)

– “Todos los que están en los sepulcros oirán la voz del Hijo de Dios; y saldrán los que hicieron buenas obras a resucitar para la vida eterna; pero los que las hicieron malas obras, resucitarán para ser condenados” (Juan V, 28, 29)

– “Quien come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el último día” (Juan VI, 55)

– “Dícele Jesús (a Marta): Tu hermano resucitará. Respóndele Marta: Bien sé que resucitará en la resurrección universal, que será en el último día” (Juan XI, 23, 24)

– “Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó.., Pero Cristo ha resucitado de entre los muertos, y ha venido a ser como las primicias de los difuntos. Porque así como por un hombre vino la muerte al mundo, por un hombre debe venir también la resurrección de los muertos.

Que así como en Adán mueren todos, así en Cristo todos serán vivificados” (I Cor., XV, 16-22) – “En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, al son de la última trompeta: porque sonará la trompeta, y los muertos resucitarán en un estado incorruptible, y entonces nosotros seremos transformandos” (I Cor., XV, 52).

¿Puede probarse por la razón la conveniencia de la resurrección?

Sí: la razón suministra tres principales argumentos de conveniencia en favor del dogma de la resurrección.

1º El destino del alma del hombre es estar unida al cuerpo, que es su complemento natural: por eso desea estarle unida y se manifiesta en contra el estar de él separada; luego, después de la muerte ha de aspirar a volverse a unir con él, para no quedar incompleta; pues si el cuerpo no resucitase, el hombre, obra predilecta de Dios, permanecería eternamente en un estado contranatural.
2º Siendo el cuerpo en este mundo el instrumento natural del alma para el bien o para el mal, es justo que participe de las recompensas o de los castigos de la otra vida.

3º Si el hombre, que es el resumen de la creación, no resucitara, faltaría durante toda la eternidad un grado en la escala de los seres: el grado que media entre los espíritus y los cuerpos.

¿Ofrece la naturaleza imágenes de la resurrección?
1° Sí: el árbol que privado, al parecer, de vida durante el invierno, renace en la primavera;

2° el grano de trigo que, después de haberse podrido en la tierra produce en el verano lozana espiga;

3° la oruga que sepultada en su capullo, sale de él convertida en mariposa,
son otras tantas figuras de la resurrección del hombre. “Dios, antes de consignar en las Escrituras la creencia en la futura resurrección de los cuerpos, la depositó en las obras de este mundo; y antes de enseñarla por su palabra, la manifestó por su poder. (TERTULIANO).

¿Es posible la resurrección de los muertos, dada la descomposición y la destrucción de los cuerpos después de la muerte, y sobre todo después de tantos siglos?

Sí, porque aunque nuestra razón extrañe el prodigio de la resurrección al fin de los tiempos, hay que tener presente que a la omnipotencia de Dios le será tan fácil reunir los elementos esenciales de nuestros cuerpos como le fue tan fácil sacarlos de la nada. “Huesos áridos... Esto dice el Señor: Pondré sobre vosotros nervios..... y os cubriré de piel, y os daré espíritu, y viviréis, y sabréis que yo soy el Señor, el Omnipotente” (Ezqu., XXXVII, 4, 5, 6).

¿Cómo se verificará la resurrección?

Puesta el alma en presencia de los elementos de su cuerpo reunidos por el poder de Dios, se unirá a ellos, y los organizará en cuerpo humano comunicándoles la vida, movimiento y sentimiento propios de este nuevo estado. Se ha de tener en cuenta que no es necesario que resucitemos con todos los átomos que teníamos en el momento de la muerte y conformaban nuestro cuerpo; porque como la materia de nuestro cuerpo es nuestra por estar informada por nuestra alma, y ésta no cambia, poco importa la cantidad de átomos nuestros que se hallen.

El cuerpo resucitado ¿será para cada hombre sustancialmente el mismo que antes tenía?

Sí, pues se reconstituirá con los elementos que esencialmente formaban el cuerpo al tiempo de morir.

EL ESTADO DE LOS CUERPOS RESUCITADOS

¿En qué estado resucitará Dios a los cuerpos?

La Iglesia cree firmemente que los resucitará en el estado de integridad y completo crecimiento en que fueron creados Adán y Eva.

¿En qué consistirá este estado de integridad y completo crecimiento?

1° En que los cuerpos resucitados carecerán de todo defecto físico, y tendrán completos todos sus miembros y órganos;

2° en que, según la general opinión de los doctores de la Iglesia, tendrán la edad propia de un joven adulto.

¿Serán todos los cuerpos iguales?

No: conservarán las diferencias individuales que llevan todas las obras divinas.

¿Estarán los cuerpos sujetos a las funciones de la vida en la tierra?

No: en esto serán muy parecidos a los puros espíritus. “Después de la resurrección, los hombres... serán como los ángeles de Dios en el cielo” (Mat., XXII, 30).

¿En qué se diferenciarán los cuerpos de los justos y los de los condenados?

El alma, transfigurada por la gloria celestial, comunicará a los cuerpos de los justos cualidades que no tendrán los de los condenados. “Todos a la verdad resucitaremos, más no todos seremos transformados iguales” (I Cor., XV, 51).

¿Qué nos enseña el apóstol San Pablo tocante a este cambio de la transformación de los cuerpos?

Después de comparar el cuerpo del justo con la simiente que arrojada en la tierra no germina si primero no se pudre y muere, dice:
“Si se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. Si es sembrado en vileza, resucitará en gloria.
Si es sembrado en flaqueza, resucitará en vigor. Si es sembrado cuerpo ani­mal, resucitará cuerpo espiritual” (I Cor., XV, 42-44).

Es muy conveniente que nuestra carne, purificada y consagrada por los sacramentos, alimentada con el cuerpo y la sangre de Jesucristo, hecha templo del Espíritu Santo, sea glorificada un día, y no se quede para siempre sumida en el polvo y la humillación del sepulcro.

¿Cuáles serán las cualidades y aptitudes de los cuerpos gloriosos?

Las cualidades y aptitudes de los cuerpos gloriosos se identifican con la palabra C.A.S.I;

claridad, agilidad, sutileza e impasibilidad.

¿Qué es la claridad?

Es la cualidad sobrenatural que comunica al cuerpo una luz resplandeciente. El cuerpo brillará con la claridad que le comunique el alma, así como el alma bienaventurada brilla con la claridad que recibe de Dios. “Los almas resplandecerán como el sol en el reino de su Padre” (Mat., XIII, 42).

¿Qué es la agilidad?

Es la cualidad sobrenatural que hace al cuerpo tan rápido como el pensamiento.
Es decir el cuerpo tendrá movilidad propia, a una velocidad extraordinaria, capaz de estar en varios lados a la vez.

¿Qué es la sutileza?

Es la cualidad sobrenatural en cuya virtud el cuerpo puede atravesar la materia sin dividirla ni romperla, como la luz atraviesa un cristal, no hay obstáculos para el alma.

¿Por qué se dice que estas cualidades son sobrenaturales? Porque en el cuerpo glorioso, estas cualidades emanan del alma transformada por la visión beatífica.

¿Qué es la impasibilidad?

Es la cualidad sobrenatural que hace al cuerpo inaccesible a los padecimientos y sufrimientos de las enfermedades y a la muerte.

¿Quiere esto decir que los cuerpos glorificados son más insensibles?

No, pues los sentidos, afinados y perfeccionados, disfrutarán de los más puros goces que puede ofrecer la naturaleza, ésta también será transfigurada para un disfrute perfecto.

¿Cuál será el tipo de los cuerpos gloriosos?

El cuerpo de Jesucristo, “que transformará nuestro vil cuerpo, y lo hará conforme al suyo glorioso, con la misma virtud con que puede sujetar a su imperio todas las cosas” (Filip., III, 21).

¿Tienen algunos bienaventurados, además de estas cualidades esenciales, a todos comunes, cierto grado de gloria particular?

Sí: la Aureola.

¿Qué es la Aureola?

La aureola es el gozo extraordinario y eterno del alma en virtud de una victo­ria ganada al cuerpo en la tierra, sale del alma sobre el cuerpo glorioso del bienaventurado comunicándole su resplandor muy visible y particular.

¿Cuántas clases de Aureolas hay?

Tres, correspondientes a otras tres insignes victorias sobre los enemigos de la salvación. Son las siguientes:

1ª la de los mártires;

que han triunfado ante el mundo dando sus vidas por amor a Dios.

2ª la de los vírgenes;

que han triunfado sobre los deseos de la carne; la concupiscencia y todos los males sexuales.

3ª la de los doctores de la Iglesia;

que han triunfado de las asechanzas del demonio, disipando las tinieblas del error, del odio y las mentiras.

¿Cómo serán los cuerpos de los condenados?

Serán inmortales como los de los bienaventurados, pero no tendrán las cualidades gloriosas (C.A.S.I.).

¿Por qué estarán privados de las cualidades gloriosas?

Porque sus almas y sus cuerpos, malditas por Dios, y separadas eternamente de Él, necesariamente han de hacer miserables y estarán unidos tanto el cuerpos como el alma.

¿Y en vez de la claridad?

Espesísimas y eternas tinieblas rodearán al cuerpo y alma del condenado, un olor fétido emanará de ellos, oscuridad eterna sin volver a ver la luz jamás.

¿Y en vez de la agilidad?

La dificultad para moverse que experimenta el prisionero cargado de pesadas cadenas, o el paralítico totalmente privado de movimiento, casi le será imposible moverse.

¿Y en vez de la sutileza?

La tosquedad propia de la más grosera materia, al no moverse no experimentan ninguna cualidad, imposible atravesar la materia.

¿Qué tendrán en vez de la impasibilidad?

Estarán siempre padeciendo tormentos indecibles de la conciencia y del cuerpo, no tendrán paz, como un péndulo que va y viene sus conciencias le reprocharán el haber rechazado a Dios, y de haber desperdiciado cada gracia que Dios les daba para salvarlos, más todos los sufrimientos indescriptibles y eternos que hay en el infierno, para todas los condenados y los demonios.

RESUMEN

Resurrección.

Al fin del mundo, cada alma se volverá a unir a su propio cuerpo.
Esta verdad se prueba por la enseñanza de la Iglesia, por la Sagrada Escritura y por la razón.

Los que opinan contra la resurrección se objeta la dispersión de los elementos de nuestros cuerpos después de la muerte;
pero los que así piensan se olvidan que Dios todo lo puede, que Dios es Omnipotente, para Él nada es imposible.
Dios tiene dominio de todo lo creado y toda la creación; en cielo, en la tierra, en el universo y en los abismos (el infierno).
Nada se oculta ante Dios, todo queda revelado ante su presencia, le rinden culto por los siglos de los siglos.

Y si pudo crear nuestros cuerpos de la nada, no le será nada difícil reunir todos los elementos esenciales de nuestros cuerpos, por dispersos que estén y por haber transcurridos siglos y siglos nuestra la historia, ante Dios son como soplo, ya que todo lo tiene absolutamente controlado.

Estado de los cuerpos resucitados.

Es nuestra creencia que todos los cuerpos, aun los de los condenados, resucitarán en el estado de integridad y total cimiento en que fueron creados.

Adán y Eva.

Pero los cuerpos de los justos tendrán cualidades que les faltarán a los de los condenados.
Los cuerpos de los justos serán:

1º impasibles, es decir, no padecerán más padecimientos;

2º resplandecientes, es decir, que brillarán con la claridad que les comunicará el alma;

3º ágiles, es decir, rápidos como el pensamiento;

4º sutiles, es decir, que podrán atravesar la materia, como la luz atraviesa el cristal.

Además de estas cualidades, algunos cuerpos tendrán un grado de gloria particular, que es la aureola.

Hay tres clases de aureola:

la de los mártires,
la de los vírgenes,
y la de los doctores.

Los cuerpos de los condenados serán inmortales;
pero en lugar de la impasibilidad, estarán siempre padeciendo tormentos indecibles;
en lugar de la claridad, tendrán espesísimas y eternas tinieblas que rodearán al cuerpo;
en lugar de la agilidad, experimentarán para moverse la dificultad de un prisionero, un paralítico ó un enfermo grave;
y en vez de la sutileza, tendrán la tosquedad propia de la más grosera materia, no podrán atravesar ninguna materia.

26 de abril de 2015

El Alma. ¿Qué es el Alma?

El cuerpo glorificado. Las transformación de los cuerpos--->
<---El Vía Crucis


En la Biblia, la palabra alma se traduce con el término hebreo néfesch y el griego psykjé. El término hebreo puede significar literalmente “criatura que respira”, y el griego suele transmitir la idea de “ser vivo”, “persona, individuo”.
El alma es el ser, el "Yo" que habita en el cuerpo y actúa a través de él.
Sin el alma es como una lámpara ó un aparato eléctrico sin electricidad, un traje espacial sin astronauta en su interior.
Con la introducción del alma, el cuerpo adquiere vida, visión y oído, pensamiento y habla, inteligencia y emociones, voluntad y deseo, personalidad e identidad.

El cuerpo por sí solo carece de sentido, todo lo que el cuerpo és, es debido al alma. La definición de alma varía de acuerdo al entramado cultural y la perspectiva filosófica de quien haga referencia al término.
En latín se denomina anima. Alma, ánima o espíritu suelen ser utilizados como sinónimos para nombrar a la entidad no material e invisible que poseen los seres vivos.

La etimología de alma señala el principio por el cual los hombres y los animales pueden moverse por sí mismos. Sin embargo, con el tiempo, el alma pasó a asociarse con la religiosidad y el misticismo.

El alma sería la esencia de las personas, aquello que forja su identidad. Se trata de un regalo de Dios que hace único a cada individuo. En el caso de los animales, hay quienes creen que tienen alma y otros, como la iglesia Católica, que consideran que se trata de una propiedad exclusiva de los seres humanos.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la palabra animal también proviene del latín "anima".
El Papa Juan Pablo II afirmó que; "los animales tienen un alma y que los seres humanos deben ser solidarios y comprensivos con ellos".

La iglesia Católica señala que el alma es "inmortal e incorruptible", a diferencia del cuerpo que es mortal y corruptible.
Después de la muerte, el hombre llega a Dios gracias a su alma, que no tiene existencia pre-corporal ni origen material.
Para la religión Católicia, el alma constituye el principio vital de los seres humanos, que es uno en cuerpo y alma.

Para el budismo, en cambio, no existe nada permanente. Todo fluye y se encuentra en cambio constante, por lo tanto, no hay un alma eterna y propia de cada individuo.

Para muchos psicólogos cristianos, el alma es la parte psicológica del ser humano.
Las emociones, la voluntad, la mente. El alma distingue al ser humano de los demás seres existentes sobre la tierra.
Además, el alma destaca a cada ser humano como un ser único y diferente en su género.

Cada ser humano tiene su propia personalidad, ninguna personalidad se parecen entre sí, hay rasgos aparentemente iguales pero cada uno tiene su propio concepto y éso depende de su lugar de crianza, de su juventud, de su familia, de su religión y sus amistades.

El espíritu es la parte de nuestro ser por medio de la cual podemos comunicarnos con Dios y entablar una amistad personal con El. Dice la Biblia en Génesis capítulo 1 que “Dios creó al hombre a su imagen y semejanza”, eso significa que también nos hizo espíritu, para poder comunicarnos con El.

Una persona es cristiana, cuando Dios mora en el espíritu de ésa persona. La Biblia señala en 1 Corintios capítulo 6:
“El que se une con el Señor, un solo espíritu es con El”.

El alma, el cuerpo y el espíritu están íntimamente ligados entre sí y es imposible separarlos. Cuando una persona muere, el alma y el espíritu se separan de su cuerpo, el alma sube donde está Dios y espera ser juzgada y recibir si lo merece todas las promesas que Jesús hizo aquí en la tierra.
El cuerpo corrupto queda aquí en la tierra, del polvo eres y al polvo volverás, sufrirá la descomposición de la materia, pero esperá ansiosamente las palabras de Job; aunque mi cuerpo sea devorado por los gusanos algún día veré al Señor.

Dios interviene directamente en el momento de la concepción de cada ser humano creando un alma inmortal (cf. Pío XII, Enc. Humani generis, 1950: DS 3896; Pablo VI, SPF 8).
El alma, por lo tanto, no es «producida» por los padres. Es inmortal (cf. Cc. De Letrán V, año 1513: DS 1440): no perece cuando se separa del cuerpo en la muerte y esta destinada a unirse de nuevo con el cuerpo en la resurrección final (cf Cat.I.C. 366).

Los protestantes en general aceptan esta doctrina. Los Mormones, por el contrario, creen en la pre-existencia del alma, aunque no existe referencia Bíblica que apoye su creencia.

La Biblia no dice explícitamente cuando Dios crea el alma pero lo podemos deducir:

Dios creó al hombre dándole vida. Génesis 2,7: Entonces Yahveh (Dios) formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente.

Cuando el cuerpo tiene vida tiene alma (la separación del alma y el cuerpo es la muerte).

En la concepción comienza a vivir un nuevo ser humano, por lo tanto una persona con cuerpo y alma.

EL MAGISTERIO CATÓLICO

Las definiciones dogmáticas del Magisterio de la Iglesia Católica tratan principalmente de las relaciones entre alma y cuerpo:
Las principales son:

El hombre tiene una sola alma (ψυχή)

El alma (anima intellectiva) existe en cada hombre como individualmente distinta y es inmortal en esta diversidad individual.

El alma (anima intellectiva) es forma corporis por sí misma.

Del Papa Juan XXII: El alma puede tener la visión plena de Dios, sólo después de la muerte.

El alma es creada e infundida inmediatamente por Dios en el momento de la concepción.

El alma no pertenece a la substancia divina.

El alma no lleva una existencia pre-corporal.

El alma no tiene un origen material.

Ella constituye el principio vital del hombre.

El alma es superior al cuerpo.

Su espiritualidad puede ser demostrada.

El Concilio Vaticano II supera el esquema alma-cuerpo y habla de persona.
"El hombre es uno en cuerpo y alma y transciende en su interioridad la totalidad de las cosas..."

El Papa Juan Pablo II en locución dominical, publicada en L'Osservatore Romano (14/01/1990), dijo que "los animales poseen un soplo vital recibido de Dios", citando los Salmos 103 y 104, siéndoles reconocida, por tanto, el 'alma sensitiva' (griego 'pneuma', soplo, aire), sin olvidar que el vocablo 'animal' proviene del latín 'anima' (alma).
"Los animales poseen un alma y los seres humanos deben amar y sentirse solidarios con nuestros hermanos menores".

Y Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente.

Pero al separar "el alma" de "la mente" como parece hacerse en estos versos, tendríamos entonces un ser de cuatro partes (espíritu, alma, mente y cuerpo), lo cual, por supuesto, nos complicaría el tema aún más.
Por lo tanto, creo que si versos como estos (Mateo 22 / Marcos 12:30 / Lucas 10:27) no pueden ser utilizados para separar al "alma" de la "mente" como dos cosas distintas, entonces es también muy posible que versos como estos ( Hebreos 4:12 y I Tes 5:23) tampoco puedan ser utilizados para separar el "espíritu" del "alma" como dos cosas distintas, lo cual nos llevaría a una Dicotomía.

¿CUÁL ES LA DEFERENCIA ENTRE ALMA Y ESPÍRITU?

Existen dos escuelas de pensamiento respecto al estudio de la parte invisible del ser humano, los "Tricotomitas" y los "Dicotomitas".
Tricotomitas:

Los "Tricotomitas" creen que le ser humano esta compuesto de tres partes de espíritu, alma y cuerpo.

Dicotomitas:

Estos creen que el ser humano está compuesto por dos partes espiritu/alma y Cuerpo, donde las palabras espíritu y alma son usadas para hacer referencia a la misma cosa.

Las diferencias:

El mayor problema existe es que los Tricotomitas al hacer diferencia entre el alma y el espíritu establecen que el Espíritu es aquella parte del ser humano que tiene la capacidad de comunicarse con Dios sin ninguna intervención de la razón o el entendimiento.
Los maestros Tricotomitas sostienen la idea de que "el hombre es un espíritu que posee un alma y vive en un cuerpo".
De esta manera si el ser humano es tripartito, entonces lo que sucede en el alma puede ser conocido por el espíritu pero no lo opuesto.

La palabra “espíritu”, se refiere sólo a la parte inmaterial del hombre. La raza humana tiene un espíritu, pero nosotros no somos un espíritu. Sin embargo, en la Escritura, sólo los creyentes, aquellos en quienes habita el Espíritu Santo, se dice que están “espiritualmente vivos” (1 Corintios 2:11; Hebreos 4:12; Santiago 2:26), así como los no creyentes están “espiritualmente muertos” (Efesios 2:1-5; Colosenses 2:13).

En los escritos de Pablo, el “espíritu” era el eje de la vida espiritual de un creyente (1 Corintios 2:14; 3:1; 15:45; Efesios 1:3; 5:19; Colosenses 1:9; 3:16). El espíritu es el elemento que le da al hombre la habilidad para tener una relación íntima con Dios. Siempre que se usa la palabra “espíritu”, se refiere a la parte inmaterial del hombre, incluyendo su alma.

La palabra “alma” se refiere no solamente a la parte inmaterial del hombre, sino también a la parte material.
Más que el hombre tenga un “espíritu”, el hombre es un alma. En su significado más básico, la palabra “alma” significa “vida”.
Sin embargo, la Biblia va más allá de la “vida” y se adentra en muchas áreas.

Una de esas áreas es el deseo del hombre por pecar (Lucas 12:26). El hombre es malo por naturaleza y por consecuencia, su alma está corrompida. El principio de la vida es quitado al momento de la muerte física (Génesis 35:18; Jeremías 15:2).
El “alma” como el “espíritu” es el centro de muchas experiencias espirituales y emocionales (Job 30:25; Salmo 43:5; Jeremías 13:17). Siempre que la palabra “alma” es usada, puede referirse toda la persona, viva o después de muerta.

El “alma” y el “espíritu” son similares en la manera en la cual son usadas en la vida espiritual del creyente.
Son diferentes en sus referencias. El “alma” es la visión horizontal del hombre con el mundo.
El “espíritu” es la visión vertical del hombre con Dios. Es importante entender que ambos se refieren a la parte inmaterial del hombre, pero sólo el “espíritu” se refiere al caminar del hombre con Dios.
El “alma” se refiere al caminar del hombre en el mundo, ambos material e inmaterial.

¿QUÉ ES PARA LA BIBLIA “EL ALMA”

Tiene varios significados muy precisos:

1.- El alma es “la vida”: Sal 74,19 Ex 21,23.

Se teme perder el alma (la vida): Jos 9,24 Hech 27,22;

se le quiere preservar de la muerte: 1 Sa 19,11 Sal 6,5;

ponerla en seguridad Lc 21,19.

Y al revés, no hay que preocuparse excesivamente por ella: Mt 6, 25,

sino arriesgarla: Flp 2,30,
entregarla por las propias ovejas: 1Tes 2,8,
Jesús la da: Mt 20,28 Mt 16, 25 ss Mt 10, 39 Lc 14, 26 Lc 17, 33 Jn 12, 25.

La salvación del alma es conseguir la vida eterna: Sant 1,21 Sant 5,20 1Ped 1,9 Heb 10,39.

2.- El alma es “la persona humana”:

Si la vida es el bien más precioso del hombre 1 Sa 26,24,

salvar uno su alma es salvarse él mismo: el alma es la propia persona. Todavía hoy en nuestro idioma lo expresamos así:
“¿Cuántas almas (personas) hay en este pueblo?”

Se llama alma a todo ser vivo, incluso a los animales: Gn 1,20ss Gn 2,19,
pero la mayoría de las veces se llama así cuando habla de personas humanas: Gn 46,42 Hech 7,14 Dt 10,22 Hech 2,41.

Un “alma” es un hombre, es alguno: Lev 5,1 Mc 3,4 Hech 2,43.

El “alma” es también uno mismo: Am 6,8 Jer 51,14.

Las almas deben ser santificadas: 1 Ped 1,22 2Cor 12,15 Mt 11,29 1Pe 1,9.

3.- El alma y el principio de la vida.

El alma y la supervivencia después de la muerte: Los griegos pensaban que el alma era quien daba la vida, que era el principio de la vida: Para los griegos el alma y el espíritu eran lo mismo.

Para los judíos, en cambio, la vida la daba Dios. Dios es el que da por su Espíritu la vida: Gén 2,7 Gén 7,22 Salm 104,29ss.

Los judíos distinguen entre el alma y el espíritu. El Espíritu de Dios es el que da la vida (el alma).

Para los judíos el espíritu no muere nunca sino que vuelve a Dios: Job 34, 14ss Sal 31,6 Ecl 12,7.

El alma está como muerta (en el infierno): Núm 23,10 Ju 16,30 Ez 13,19 Salm 78,50.

El alma baja al “seol” (al lugar de los muertos, al infierno): Job 14,21ss Ecl 9,5-10.

Lejos de Dios al que no pueden alabar: Sal 88,11ss.
Pero esta alma bajada al abismo le será dado por Dios resurgir de él: 2Mac7,9.14.23 y reanimar los huesos dispersos.

En el alma Dios depositó una semilla de eternidad, que germinará a su tiempo: Sant 1,21 Sant 5,20.
Fuente: http://www.buzoncatolico.com

EL ALMA EN LA PSICOLOGÍA: CONCIENCIA Y PERSONALIDAD

Cuando se estudia un concepto tan “intangible”, como el alma, que no se puede tocar ni ver, se hace necesario para hacerlo accesible a la comprensión práctica de las personas, contraponerlo con la naturaleza más “tangible”, que pueda sentirse, en el ser humano: la personalidad.

Las experiencias objetivas (“buenas y malas”) de la personalidad son las herramientas que tenemos para ahondar, a través de la observación-reflexión, en el trasfondo subjetivo de lo experimentado.

Toda expresión personal práctica, imaginada o pensada, si se la observa y analiza detenidamente desde la impersonalidad, muestra el reflejo de un significado mas profundo, su verdadera “razón de ser”.

¿Qué es el Alma en relación con la Personalidad?

Entendemos que el Alma es la cualidad subjetiva espiritual que condiciona a las fuerzas expresivas mas densas de la personalidad.

“la realidad que llamamos alma es básicamente una expresión de tres tipos de energía–vida, amor e inteligencia.
La triple naturaleza inferior (personalidad) ha sido preparada para la recepción de estas tres energías, y el aspecto inteligencia se refleja en la mente, la naturaleza amor en el cuerpo emocional de deseos y, el principio vida en y a través del cuerpo etérico o vital”.

En todas las relaciones entre “lo nuevo y lo viejo” se producen fricciones, crisis, que son la señal de que esta relación demanda un reconocimiento en la conciencia y su consecuente reajuste vital.

La Crisis(el triunfo de una derrota)

La crisis es una condición que obliga a la personalidad a una acto de humildad a través de la “humillación”. Un acto (actitud) que conlleva la correcta comprensión que, rechaza al ego-cristalizado y re-descubre la alegría (no condicionada) del Corazón.

Esta Alegría sin condiciones, no es una alegría ingenua, porque trás de si está la comprensión que genera el dolor de una derrota aceptada.
Esta Alegría es la demostración de que la personalidad está siendo receptiva a la energía del Alma.
Dicho de otra forma, la Alegría que expresa la personalidad, es el reflejo externo de la responsabilidad que ella (la personalidad) esta ejerciendo hacia el llamado del Alma.

Ser responsable con la verdad del Alma se demuestra con sentimiento de alegría.

ALMA – CONCIENCIA – PERSONALIDAD

El Alma, brilla en la parte alta de este esquema con luz propia, pero lo primordial es focalizar la atención en la parte central del esquema, porque es en la Conciencia donde reside la parte del Alma Una que ya hemos incorporado a nuestro saber, en este punto los conceptos mi Conciencia y mi Alma son sinónimos.

El rol de la conciencia.

La conciencia, en el ser humano, es el “lugar” donde se realiza al Alma.
En la conciencia de Alma está el verdadero significado y, la palabra o acto creativo que lo expresa. En ella se practica la atención, el silencio, la auto-observación y, el nivel de identificación con la experiencia.
Ella es la voluntad al bien y el tipo de acción que se genera, junto, con la reflexión del resultado.
En ella está la preocupación y el logro de la comprensión y, la comprensión misma con su consiguiente sensibilidad e imaginación creadora.Ella es el tema, y también la forma de estructurarlo para poder entenderlo y desarrollarlo.

En la conciencia del Alma es posible la conquista de otro “lugar” a través del “lugar” ocupado. Esta expansión es escalonada o lógica, porque para alcanzar un escalón hace falta tener el pie en el de más abajo, es decir, la nueva perspectiva se adquiere a través de la experiencia de presente que no olvida ni huye del pasado.

Olvidar para volver a empezar, para la psicología del Alma, es repetirse, una compulsión que se justifica en una ingenuidad o inocencia falsa, es una actitud egoísta que se impone. Otro tema es el nivel de inconsciencia de quien lo practica.
El nuevo punto de vista del que hablamos aquí, debe ser capaz de destilar el pasado transformándolo en una herramienta de comprensión que conlleve una nueva actitud.

Expansión lógica gradual.

En la conciencia del Alma es posible la conquista de otro “lugar” a través del “lugar” ocupado. Esta expansión es escalonada o lógica, porque para alcanzar un escalón hace falta tener el pie en el de mas abajo, es decir, la nueva perspectiva se adquiere a través de la experiencia de presente que no olvida ni huye del pasado.

Olvidar para volver a empezar, para la psicología del Alma, es repetirse, una compulsión que se justifica en una ingenuidad o inocencia falsa, es una actitud egoísta que se impone. Otro tema es el nivel de inconsciencia de quien lo practica. El nuevo punto de vista del que hablamos aquí, debe ser capaz de destilar el pasado transformándolo en una herramienta de comprensión que conlleve una nueva actitud.

La No dualidad.

En la conciencia de Alma, la dualidad interno y externo desaparece. No existe la intención de controlar i/o de imponer el deseo personal en el mundo exterior, sino que hay una intuición que constata (sabe) que toda actitud debe tener en cuenta el todo como una unidad.
Es decir, con el mismo Saber que yo me entiendo a mi mismo también entiendo a mi entorno, por tanto no hay diferencia, sino un punto de vista o un Saber que incluye a los dos.
En esta actitud esta la regla de oro, expresada en palabras del Maestro como: “amarás a tu hermano (prójimo) como a ti mismo”.

Inofensividad.

Conciencia de Alma, es lograr la inofensividad, porque la relación con el entorno no depende de un yo-egocéntrico con un deseo exclusivo y su impulso a menudo destructivo-ciego, sino que depende de un sentido inclusivo, que sugiere a la personalidad una actitud moderada en el pensar, sentir y hablar-actuar. En esta actitud está la característica principal para el correcto servicio.

El Servicio.

El servicio es el “instinto” del Alma, todo instinto es algo natural, y la conciencia de Alma tiene como lógica principal ser incluyente, y esta lógica, cuando la personalidad es receptiva al Alma, es expresada a través de la responsabilidad.
Responsabilidad y lógica incluyente en esta caso son sinónimos.

La personalidad, cuando se vuelve receptiva a la sabiduría del Alma y a Su silencio acogedor, es inspirada para que muestre sus talentos, de forma alegre libre altruista y “con Corazón”, allí donde su responsabilidad (lógica incluyente) detecta que debe hacerlo.

Subir un escalón es dar la mano a aquel que nos invita a subir, y el corazón agradecido responde ofreciendo la otra mano a aquel que le sigue. El ser servicial a los demás en forma desinteresada, nos hace sentir complacidos con nuestra conciencia con más feliz con nuestra alma, por esta razón fundamental para ser un poquito más feliz cada día, ayudar a quien lo necesita nos hace sentir mejor persona y estar más cerca de Dios.

Corregido y aumentado. David C.M.

6 de abril de 2015

DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA. Domingo 28 de abril de 2019. Perdón completo de los pecados; pena y culpa.

PROMESAS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO A SANTA FAUSTINA KOWALSKA.

Promesas hechas durante Sus apariciones (1931-1938) a Santa Faustina Kowalska en Plock, Polonia:
La Santa Sede decreta Día de la Divina Misericordia
La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó el 23 de mayo del año 2000 un decreto en el que se establece, por indicación de el Papa Juan Pablo II, la fiesta de la Divina Misericordia, que tendrá lugar el segundo domingo de Pascua, también llamado Domingo IN ALBIS.

La denominación oficial de este día litúrgico será el «segundo Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia».
Ya el Papa lo había anunciado durante la canonización de Sor Faustina Kowalska, el 30 de abril: «En todo el mundo, el segundo Domingo de Pascua recibirá el nombre de Domingo de la Divina Misericordia.
Una invitación perenne para el mundo cristiano a afrontar, con confianza en la benevolencia divina, las dificultades y las pruebas que esperan al genero humano en los años venideros.
"La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia" (Diario, 300)
Santa Faustina, que es conocida como la mensajera o mediadora de la Divina Misericordia, recibió revelaciones místicas de profunda vida interior y recogimiento espiritual, basadas en acontecimientos futuros y en las que Jesús le mostró su Sagrado Corazón, de donde brotó sangre y agua para la purificación y la salvación de las almas. Refugio y manantial seguro de salvación para todos los seres humanos sin distinción. Fuente de abundantísima misericordia y le expresó su deseo de que se estableciera esta fiesta para toda la humanidad.

El Papa dedicó una de sus encíclicas a la Divina Misericordia («Dives in misericordia»). Nuestro Señor Jesucristo pidió a Sor Faustina que pinte un cuadro de Jesús Misericordioso diciéndole:
Pinta una imagen mía, según la visión que ves, con la inscripción:

"¡JESÚS EN TÍ CONFÍO!.

" Yo deseo que esta Imagen sea venerada, primero en tu capilla y después en el mundo entero.
Prometo que no se perderá el alma que venere esta imagen. Le prometo ya desde esta vida la victoria sobre sus enemigos,
y particularmente en la hora de la muerte. Yo, el Señor, la defenderé como a mi gloria".

"Los dos rayos significan Sangre y Agua- el rayo pálido representa el Agua que justifica a las almas y las limpia de sus pecados; el rayo rojo simboliza la Sangre, que es la vida de las almas, cubriéndolas y limpiándolas de todos sus pecados.

Ambos rayos brotaron de las entrañas mas profundas de Mi misericordia cuando mi corazón agonizante fue abierto por una lanza del gladiador en la Cruz...

"Bienaventurados, dichosos todos aquellos que busquen refugie en éstos rayos, porque la justa mano de Dios Padre no llegará a tocarla".


El divino Salvador Jesús quiere que todos vuelvan a El, no solamente cada persona y las familias, sino también toda las naciones y toda la humanidad entera.

A tal objetivo, por medio de su Confidente y testigo Santa Faustina María Kowalska, Jesús le pide la institución de una nueva fiesta, determinando el día para sus festejo:

"Deseo que el primer Domingo después de la Pascua se celebre la Fiesta de la Misericordia"...

Jesús desea que su fiesta tenga vital importancia. Con esta fiesta se obtendrán grandes privilegios y enormes gracias para todos...
Escuchemos las palabras de Jesús a Santa Faustina: Confidente, hija mía de los secretos de mi Misericordia, te obligo, no sólo a que escribas de ella para anunciarla, sino igualmente a que implores gracia para que ellos también adoren mi Misericordia.

Otra vez le dijo: "Escribe que cuanto más grande es su miseria (pecados, enfermedades, inclinaciones etc.) tanto mayor derecho tienen a mi Misericordia. Llamo a todas las almas a la confianza en el insondable abismo de mi Misericordia, porque deseo salvarlas a todas.

La fuente de mi Misericordia, brota de mi Corazón y ha sido abierta para todos las almas con el golpe de la lanza en la Cruz. No he excluido de ella a ninguna".


LA FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA 28 de Abril de 2019.


El divino "Deseo" que el primer Domingo después de la Pascua se celebre la Fiesta de la Misericordia.
Jesús desea que su fiesta tenga vital importancia. Con esta fiesta se obtendrán grandes privilegios y grandes gracias para toda la humanidad, especialmente se obtendrá la remisión completa de los pecados; pena y culpa...

Dijo Jesús con estas palabras a Sor Faustina: "Hija mía, habla a todo el mundo de mi inconmensurable Misericordia. Deseo que la fiesta de la Misericordia sea la salvación y el refugio de todas las almas, más particularmente de los pobres pecadores, los más empedernidos, los que están más alejados de Dios, ellos tienen más derecho a mi Misericordia.
En ése día se abriran las puertas del cielo; derramaré todo el océano de mis gracias sobre las almas que se acerquen a la fuente de mi Misericordia.


REMISIÓN (PERDÓN) COMPLETA DE LA CULPA Y DE LA PENA DE LOS CASTIGOS MERECIDOS POR NUESTROS PECADOS, ES DECIR INDULGENCIA PLENARIA.

Todo pecado lleva consigo una culpa y una pena.
La culpa es haber ofendido a Dios y se perdona con la confesión, pero queda la pena de ha expiarse haciendo penitencia por pecados cometidos.
Dicha pena se expía en este mundo, haciendo penitencia, aceptando los sufrimientos corporales, pidiendo perdón y rezando etc...
Sino se expía en este mundo se ha de hacerlo en el purgatorio.

Después de confesarnos el sacerdote nos da una penitencia que debemos cumplir, sí o sí, para ser perdonados.
Pero muchas veces con ésa penitencia no basta, por lo que hemos de hacer más penitencia para obtener el perdón total de la pena.

Por eso Jesús ofrece que el 28 de Abril de 2019, "FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA", primer Domingo después de la Pascua, a todo aquel que se confiese y comulgue el mismo día, obtendrá el perdón total (Remisión Completa), de las culpas y las penas merecidas por los pecados cometidos.

Quedando así saldado toda nuestros pecados, el alma totalmente limpia de todo mancha, sin nada a expiar, ya que Jesús con su Divina Misericordia, con su Preciosísima Sangre que es Sangre Redentora y con los Méritos Infinitos de su pasión, ha limpiado, redimido y expiado todos nuestros pecados.

Por eso es que Jesús dijo a Sor Faustina Kowalska:

Dí a las personas que el primer Domingo después de la Pascua es Día de la Misericordia, que se acerquen al confesionario, ése día, confiesen todos sus pecados y comulguen, así obtendrán el perdón completo de la culpas y de los castigos merecidos (la pena).

Que nadie tema acercarse a Mí, aún cuando sus pecados fuesen los más atroces y los más terribles que uno se pueda imaginar.
Todo desaparecerá en mi Infinita Misericordia. Yo deseo salvarlos a todos.

Esta fiesta, nacida de lo íntimo de mi Misericordia, queda confirmada en sus profundidades...

Deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de la "Pascua".


A este Domingo la Iglesia también le llama: "Domingo In Albis".

IMPORTANTE:

El cardenal de Cracovia, Cardenal Macharski, cuya diócesis es el centro de la propagación de la devoción y el patrocinador de la Causa de Santa Faustina, escribió que debemos utilizar la Cuaresma como preparación a la fiesta de la Misericordia y confesarnos para estar en estado de gracia, durante la Semana Santa!

Así, es evidente que, el cardenal Macharski declaró que el requisito de confesarse y comulgar tiene que ser hecho en el mismo día de la Fiesta de la Misericordia "en lo posible", ahora es válido también confesarse una semana antes.

Ya que en muchas partes del mundo los días Domingos llevarlo a cabo es tarea difícil para el clero.

El requisito se cumple fácilmente sí se confiesa y se comulga ese día, por ser día Domingo.
Sin embargo, ya que es un día de obligación a la asistencia para oir misa, sólo tendría que confesarse una vez más, si se ha confesado antes de la Cuaresma o en Semana Santa, o si estuviéramos en el estado de pecado mortal en dicha fiesta.

Recemos todos juntos para que millones de personas en el mundo entero, se acerquen a la iglesia, confiesen sus pecados, comulguen, y así se hagan meritorios a las gracias que Jesús nos brinda en ésta fiesta y cada día.

Haciendo este ejercicio piadoso podremos ganar esta Indulgencia Plenaria, con la remisión completa de las culpas y los castigos,
sólo debemos acercanos a Dios con humildad, confesar nuestros pecados ante un sacerdote y comulgar.

Jesús Misericordioso nos espera, hagamóslo saber a todo el mundo, ayudemos a Jesús a llevar almas a su Reino,
Dios sabrá recompensarnos ámpliamente después de nuestra muerte.
Que así sea, para mayor Gloria de Dios.
Amén, Amén, Amén.








El Papa Juan Pablo II, inclinándose ante la imagen de la Divina Misericordia en Cracovia, Polonia.









Por favor lee también:--->


Jesús Divina Misericordia. Mensaje de Jesús Misericordioso.
Sor Faustina y visión de la coronilla.
Las tres en punto de la tarde. La hora de la gran Misericordia.